domingo, 10 de marzo de 2013

La vaca



Hemos divinizado a nuestras madres.
Queremos ser felices para siempre.


Animal negro
maquillado por la mano cubierta del payaso.
La cal y la ternura.

¿Qué hay bajo el sudario de la novia?
Tienes el hueso oscuro, del origen
arterias y el estómago.
Solo yeso en la piel y nuestra parte
del globo de tus ojos.

A veces, por los poros, se te escapa el túnel.
Nos parece anacrónico, tragamos
el tono de la leche de los ciegos.

Esta ubre que ulula empellejada con polvo y arrozal
conoce la montaña.
La mira cada día de cara a la pared.

Su cornea alcóholica, que intenta de reojo,
ha sido aleccionada con la sal.

Se mueve según lo que nos queda.

4 comentarios:

  1. Soberbio movimiento y cadencia en la lectura. ¿Si digo genialidad me tacharás de asertivo?

    ResponderEliminar
  2. No te tacho de nada, me quedo tan contenta. El movimiento y la cadencia, precisamente, me preocupaban al final, pues pensaba que había un cambio brusco entre las dos últimas estrofas: veía un final después de "Se mueve según lo que nos queda", que me provocaba un choque en el oído si seguía, pero por el sentido que quería darle al poema deseaba continuar. Sigo pensando en cómo solucionarlo.

    ResponderEliminar
  3. Te aplaudo. Encantada de caer por aquí desde Batalla de Papel...

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias, Vera. Bienvenida al blog, espero verte más por aquí. Un abrazo.

    ResponderEliminar