Vayamos a cumplir nuestra visita
T. S. Eliot
Lo hemos encontrado:
un zorro del desierto.
Arranquémosle la plata de la boca.
Seamos dignos
como la mortalidad del boxeador.
Nuestro sudor es el giro del puño
para que lleguen nudillos a sus dientes
y nos humedezcamos con los restos.
Salgamos a la caza.
Tenemos la pólvora y el perro,
los trajes y el caballo
y el hambre de vestirnos con sus pieles
y de embellecernos las muñecas.
Arranquémosle la plata de la boca.
Olfateamos entre el polvo y el destello
la guarida anular entre las rocas.
Ante su opacidad, te desternillas
para poder inyectar el antebrazo
porque ha escapado el zorro
y ahora espera.
Y no sé si tenemos una bala.
¡Arranquémosle la plata de la boca!
Podríamos comprarnos
los chillidos de amor del paritorio
y los tipos que mueren en la feria
y el eremita, la sacudida y el silencio
y el código genético del mudo
y la cadencia de los invertebrados
y la cena que sirven en el río.
Podríamos comprarnos una barca para visitar a los murciélagos
en la cueva cerrada en que nos sube al techo la marea
y yo remaré en círculo
y querré saltar al agua
para tocar la boca de los peces.
Que pasada, ya quisiera escribir como tú...
ResponderEliminarFuera humildad, Stalker, que tiene usted un libro estupendo recién salido del horno rapsódico.
ResponderEliminarYa queda menos para esa presentación...