El silencio como música de fondo
de los villancicos que escalan el patio
Espumillones deshilachados que nunca se tiran
Gritos en la habitación de matrimonio
y un pos de coraje al fondo del papel pintado
Mi empeño de virgen y de atea
por levantar un nacimiento
En el lugar sagrado caga un hombre en cuclillas,
la mula babea los pañales de un dios
y al alba del día sexto
unos reyes persiguen cometas y otros matan inocentes.
Qué terquedad divina me obligó a respirar
y a salvarme
entre los fantasmas de las navidades tristes
construyendo ciudades de arcilla donde los niños cometen milagros.
Loren Fernández
¡Caray con Loren Fernández! Cómo me gusta eso de "Qué terquedad divina..."
ResponderEliminarExcelente. Te invita a leerlo muchas veces, por el placer de leerlo. Son versos muy poderosos, y entre ellos me quedo con:
ResponderEliminar"unos reyes persiguen cometas y otros matan inocentes."
Abrazos
Loren es mucha poeta. Yo no sé con qué versos quedarme, y también lo he leído muchas veces, Anaís. Quizás con: "mi empeño de virgen y de atea/ por levantar un nacimiento".
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