Con tierra en los bolsillos
habíamos planeado ser decentes:
bestias que montan a príncipes valientes.
Pero, por la ventana,
la calle ha puesto polvo en las palomas,
del peine y en el traje uso las comas
y el grito en el tejado muerde lana.
No recuerdo a la iguana.
Con tierra en los bolsillos
la noche fue la carne de los grillos.