Ya es verano
porque ha caído un cuerpo en la piscina.
Flota bajo el calor de la canícula.
Una mujer actúa.
Hace de minutero, hace comedia.
Se tumba en la toalla que separa
su cuerpo de la tierra
y gira bajo el sol.
Una tercera mano le unta leche,
le unta aceite,
si aún es capaz de enrojecer.
El niño
aún no sabe nadar.
Camina sobre el agua
en el canal donde se reproduce la infección.
Las bacterias le forman un pulmón de socorrista,
neumónico y viril.