domingo, 12 de febrero de 2012

Luz de laboratorio

Luz de laboratorio desde el feto
en su líquido amniótico. Sin tocar los cristales, cloroformo
y perversión cromada dentro de los tarros.
Agua. Una sentencia. La carne dentro de la boa.
Asomo la cabeza y a través de la lengua veo el jardín.

Sin auxilio, las crías, el hervor de los flujos
me digiere, estridencia de una córnea hacia el sol
hasta el descanso del cetáceo que hiberna y mis insectos.

El chillido de un topo, obligado arquitecto de su túnel,
con deliciosa cuerda me traspasa
y floto entre un jardín y otro jardín.

jueves, 9 de febrero de 2012

Apache - Poema de Deborah Antón, quien recitará en Desviaciones y Rotondas XI - Calvario Bar


IX Desviaciones y Rotondas
Jueves 09 febrero – 21:30 h.
Calvario Bar Calvario 16 Tirso de Molina
ALBERTO GUERRA
DIEGO MEDINA POVEDA
DEBORAH ANTÓN
FÁTIMA PÉREZ ROBLEDO
ÓSCAR CORRALES


Poema de Deborah Antón:

Apache

Soy un perro de caza.
Me han adiestrado contra
siete tipos distintos
de relaciones,
incluyendo sonrisas
y besos en la lluvia.

Mis fuerzas son mecánicas. No lloro
cuando veo en el fuego
mi pasado de perro en las montañas.
Me conformo con ver cómo reluce
el trabajo bien hecho, las monedas
que emite mi señor.

Yo también soñaría
con un ramo de flores
si pudiera. No puedo oler el miedo,
no puedo oler tus naúseas
ni tus ganas, no puedo
socorrer esa angustia.

Me programaron para relamerme,
cumplir con mi trabajo.
En mis miembros lisiados
por orden alfabético
no cabe más.

sábado, 4 de febrero de 2012

Grecia II

Una griega penetra en mi vestido.

-El autocar prosigue su trayecto-.

Una griega moderna, una apestada
por el embudo que fela nuestro guía.
Otra cosa sería
una mujer de mármol.

Yo me excuso
por la educación sentimental de los turistas.
Deberíamos hacer una parada; no es algo habitual
que una griega te explore.

El cicerone ordena:
Busquemos el destino en el folleto.
La griega se retuerce.
En serio, deberíamos parar.
Se quejan -repostamos-
de la alzada en el precio del petróleo.
Aspiro con fruición
la gasolina
-manifiesto de gases ondulados-
para que puedan llegarle hasta las bragas.

Dicen: - Allí se ve el Acrópolis.
(Vamos a quemar Grecia)
Dicen: - Seguiremos de noche aquella luz que guía a un restaurante.
(Calcinemos las maletas y los cuerpos,
machaquemos hasta el polvo cada diente, ni una madre
tendrá siquiera un hueso que enterrar).

Solo la griega y yo.

Y audaces, parcas
ruinas.

viernes, 3 de febrero de 2012

El poeta Juan Hospital espera al doble del dentista en una de sus salas


Palabras encontradas en la casa del príncipe

Digamos algo impar
una letra de tres
dígitos
o el calor
digamos el calor
lo que no puede ser

"lo que no puede ser
es que - tú - puedas decir lo que quieras
y los demás digamos
                                 sin quererlo
lo que - tú - quieras oír"

Digamos más
digamos una ráfaga de aire
algo relacionado con la boca
digamos - por ejemplo - el viento

"quizá me haga reír
dentro de un año o dos, pero perdona
de momento no tiene
la más
           mínima
                        gracia"

Digámoslo de otro modo
sobre todo la lluvia
digámosla
pronunciemos las gotas

Digamos que hay quien piensa
"esta vez me ha tocado a mí"
y por el qué dirán
                            y hasta la tumba
calle lo que ya todos sabemos
lo digamos o no

Y ahora
como la seda
digamos una niña entretenida
en cuclillas mirando algo en la tierra:

"¡papá!
           ¡hay mucho ahí!
                                    ¡mira papá,
cuánto!"
            digamos cuánto
                                   ¡adelante!
digámoslo, o mejor
no lo digamos

mejor
bajemos
los ojos
sin decir
nada

Juan Hospital

domingo, 29 de enero de 2012

Santa Úrsula en el supermercado



En el supermercado venden niñas.
No más de cinco años, por favor.

Lo ha visto Santa Úrsula en un sueño
y otra vez
ha corrido a comprarlas.
Y a callar.

Las madres han vestido a sus hijas
con la consistencia del yogur.

La madre alza a su hija
a la altura del atún escabechado
y consigue encajarla en un estante.

Los reponedores empujan y deslizan
una caja en un hueco
tras exhibirla a ritmo de paseo sobre un carro,
amontonada
como muertos civiles.

La megafonía reverbera:
hay un único Dios.

La legionela busca
en el sistema de aguas
un entorno de amebas.

Silba una trinidad
en los conductos congelados del aire
que se expande:
son las piernas humanas de las ratas,
esbeltas y nupciales,
el hábito pontífice
y es lo mismo que sucedía tradicionalmente en el mercado
con delantales verdes,
los restos genitales de la fruta
y el trato familiar.

Las abuelas relamen el principio del hilo.
Santa Úrsula se tumba boca arriba
y elige debajo de las faldas.

Las mamás aleccionan
y contagian
entusiasmo
y sus niñas se estiran
porque han visto rivales de tres años,
gatear a los bebés
detrás de los cilindros de galletas.

(La única ventana toca el techo;
una intenta escapar:
ve pies que chapotean
tras la cinta amarilla de los charcos).

Las cajeras murieron hace años.
Se arrancaron la vista con placer.
Ahora sonríen:
no hay lencería infantil ensangrentada.


Hordas, 2011

sábado, 28 de enero de 2012

Esperando a los bárbaros - C. P. Cavafis


- ¿Qué esperamos congregados en el foro?

Es a los bárbaros que hoy llegan.

- ¿Por qué esta inacción en el Senado?
¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?

Porque hoy llegarán los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.

- ¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,
está sentado, solemne y ciñendo corona?

Porque hoy llegarán los bárbaros.
Y el emperador espera dar
a su jefe la acogida. Incluso preparó
para entregárselo, un pergamino. En él
muchos títulos y dignidades hay escritos.

- ¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron
hoy con rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?

Por que hoy llegarán los bárbaros;
y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.

- ¿Por qué no acuden, como siempre, los ilustres oradores
a echar sus discursos y decir sus cosas?

Porque hoy llegarán los bárbaros
y les fastidian la elocuencia y los discursos.

- ¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?

Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y contado que los bárbaros no existen.

¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.

miércoles, 25 de enero de 2012

El espíritu de empresa de los ácaros (Karoshi)

"El trabajo te salvará la vida"
dicen el terapeuta, el padre y el amigo.
Un edificio enfermo será el héroe,
le estamos preparando un gran desfile.

La importancia económica del ácaro
es el gramo de piel perdido al día
por un humano adulto, amor de araña
que copula en el polvo y la moqueta.

Acolchonado interno, dermatófago,
el espíritu de equipo de los hombres
que levantan la empresa, el féretro o el Cristo:
ese rictus de silla giratoria.
Con su amianto presiona la vagina
la secretaria: así no nace nadie
y los fetos maduran, se convierten
en hombres, envejecen y mueren en el útero.
En los hoteles
ya no pueden abrirse las ventanas,
el aire respirado se recicla.
Libertad de vapores ergonómicos.

Antes hubo espíritus no estancos,
que dejaban impresa en las paredes
la humedad japonesa de la sangre:
la honorabilidad de la carótida
sesgada, los tres cortes del vientre.
Nunca morir de espaldas, nunca
sin atarse previamente las rodillas.

Son los emplastecidos por el blanco
industrial, ácaro del terciopelo
y de la sarna. Y qué hacer, si le dan
pistolines a un grupo de soldados
que no quiere morir. Correctamente.
Los ácaros son seres responsables.
Los soldados son seres responsables.
Viven, se reproducen y sonríen
como crecen las uñas de los muertos.